Religión en general
Si bien la gran mayoría de las razas están
conformadas por seres creyentes en alguna energía inentendible, en los últimos años
las deidades han ido perdiendo fuerza y convirtiéndose así en una costumbre del
pasado (a excepción de los espíritus animales que veneran los gigantes). No
obstante, no es de extrañar que en cualquier parte haya alguien que decida
depositar su fe en algún ser superior, sea porque no puede explicar
determinadas cosas o no tiene la capacidad suficiente como para valerse de su
propia fuerza de voluntad para seguir adelante.
De esta forma el panteón no ha desaparecido ni mucho
menos los templos y todo indica que en muchos años eso no sucederá, pues con el
estallido de la guerra hace tiempo y la incipiente amenaza de los tambores resonando
una vez más, no son pocos los que se han encomendado a estos seres de mitología
para que los protejan en tiempos de crisis.
Quizá el mayor problema con el que se encuentra la teología
en Belaya a día de hoy es que no está unificada bajo ningún nombre. Existen los
dioses y cada uno elige en cuáles creer y cuáles no, lo que genera un
desordenamiento en las diferentes sectas predominantes de la escena religiosa.
El mayor ejemplo que existe de unificación es la pleitesía etocliana que se le rinde a Eteo o la polocliana a Poli, aun así más allá de eso lo restante son organizaciones pequeñas que se reúnen en templos o espacios públicos, o cultos dedicados al estudio de la magia de sangre y el ocultismo en general.
El mayor ejemplo que existe de unificación es la pleitesía etocliana que se le rinde a Eteo o la polocliana a Poli, aun así más allá de eso lo restante son organizaciones pequeñas que se reúnen en templos o espacios públicos, o cultos dedicados al estudio de la magia de sangre y el ocultismo en general.
Nadie sabe si con el tiempo surgirá un código de
valores y comportamientos arraigados a una organización con un nombre común que
agrupe a determinados adeptos. Pero lo cierto es que en la actualidad existe un
desamparo generalizado en el inconsciente colectivo que los lleva cada vez más
a refugiarse en algo, más allá de que eso pueda o no existir. Porque sí, hay
instituciones con sus propias normas y credos, sin embargo no son del todo
populares o en el caso de las políticamente incorrectas en Etocles, permanecen
ocultas para evitar ser tachadas de herejes y por consiguiente destruidas.
Religión entre los gigantes
Los gigantes son la excepción a lo anteriormente
escrito. Nacen y se crían alrededor de una cultura que adora a espíritus ferales.
Su panteón no posee jerarquía alguna y todos en general depositan su fe en él
sin distinción. Existen ciertos puntos discrepantes entre las distintas tribus
acerca de cómo se debería hacer tal o cual ofrenda, pero comparten una suerte
de religión o camino de vida al cual se consagran para demostrar aún más
lealtad a estos entes cuya existencia se afirma probable. Esa forma de vivir o
estudio teológico se denomina chamanismo y es tanto un trabajo, como un
sacrificio y una entrega total al mundo espiritual, por lo que los chamanes se
consideran una imagen de sumo respeto entre los suyos.
Religión entre los elfos
Muy al contrario de lo que se pueda pensar, los elfos también tienen tienen creencias como el resto de razas. No se consideran ateos a pesar de su inteligencia superior y no es raro que crean en el dios de la magia o los espíritus del bosque. Consideran que la deidad mágica les ha bendecido con la capacidad de utilizar el éter mágico y con eso explican que todos puedan utilizarla con esfuerzos menores.
En polocles están obligados a creer en Goleo Alabi como una diosa en la tierra aunque no piensen que es realmente así. Creen que la mujer no envejece simplemente porque ha descubierto alguna forma mágica de no hacerlo. Más que devoción, a ella le dedican su odio.
La religión élfica no posee curas, sino que más bien son los mismos magos y exploradores los que profesan el culto hacia lo que ellos depositan su fe.
En polocles están obligados a creer en Goleo Alabi como una diosa en la tierra aunque no piensen que es realmente así. Creen que la mujer no envejece simplemente porque ha descubierto alguna forma mágica de no hacerlo. Más que devoción, a ella le dedican su odio.
La religión élfica no posee curas, sino que más bien son los mismos magos y exploradores los que profesan el culto hacia lo que ellos depositan su fe.
Religión entre los enanos
Como es de esperarse, los enanos no tienen ninguna
clase de templo ni tampoco creen mucho en dioses. Se pueden considerar una raza
atea y por consiguiente depositan su fe en otras cosas. Aun así y debido al
contacto constante con humanos, no faltan aquellos que deciden darle la
oportunidad a la religión y por tanto visitar los diferentes templos repartidos
en el mundo. Lo que sí se puede considerar como algo muy improbable, es que
frecuenten sectas oscuras o con carácter maligno.
La función del sacerdote
En Belaya existen sacerdotes y personalidades
propias de una iglesia con la diferencia de que no tienen una organización que
los distribuya en jerarquías, les brinde instrucción o los organice según
regiones. Para ser un cura entre los humanos, a una persona sólo le basta con
decir que lo es y tener comportamientos propios de uno de estos señores. Por lo
general tienen un código de conducta que es el reflejo de lo que pregonan,
brindan charlas de filosofía e intentan captar seguidores a su credo. Esto
último se aplica tanto a los morales como los amorales.
Es por lo anterior que en la mayor parte de las veces
los clérigos son individuos con una formación superior a la media de un
campesino ignorante.
Aquellos presbíteros que siguen el camino de la
bondad, suelen brindar servicios de primeros auxilios, ayuda a los pobres y maestranza.
Acostumbran a trabajar tanto en templos propios como los de alguien más,
habilitados para la adoración de determinado dios. En su contraparte maligna
están los líderes de sectas abocadas al ocultismo, que no siempre son malvados,
sino que piensan diferente a lo preestablecido.
Cabe destacar que la palabra sacerdotisa existe en el
mundo, lo cual hace referencia a que no sólo los hombres pueden ser figuras de
respeto y liderazgo. A pesar de ello, entre los humanos toman más en serio a un
varón en este aspecto.
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